Vamos, a participar chavalada. A hacer cosas.
Vamos a ser sinceros. Todos hemos sido alumnos, y todos nos hemos tragado unas turras terribles. A veces, este es el motivo por el que no participamos en clase; otras, es por timidez, inseguridad y otras cuestiones personales. Lo que está claro, es que el docente, cuando se encuentra con un panorama semejante a este, independientemente del motivo debe cambiar algo en la clase y buscar fomentar la participación escolar, promoviendo la motivación y el interés del alumno. Esto se puede hacer a distintos niveles.
En el aula, lograr esto está en mano de las habilidades del profesor. Para ello puede recurrir a estrategias como:
- Asociar las actividades de clase con los intereses de los estudiantes
- Despertar la curiosidad de los alumnos apelando al factor sorpresa (para que no se pierda la chispa)
- Utilizar juegos y actividades (físicas u online)
- Aplicar variedad en la organización y estructura de las clases.
- Hacer a los alumnos muy partícipes en las clases
-etc.
Por otra parte, fuera del aula se podrían tomar otras medidas interesantes, como la organización de talleres o seminarios de distintas disciplinas, permitiendo a los alumnos elegir lo que más les llame la atención. ¿Qué hay más motivante que aquello que realmente nos gusta hacer o que nos interesa? Además, se podrían organizar excursiones culturales en las que también estuvieran involucrados los padres, de esta manera se fomenta la participación tanto de alumnos como de progenitores.
Seguramente hay más medidas muy interesantes, pero estoy un poquito espeso, así que espero que dejéis ideas en los comentarios. ¡Hasta la próxima!
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